El rock, una forma de pasarla bien
Martín Morales tiene 23 años, es estudiante de Ciencias de la Comunicación y actualmente se encuentra cursando el cuarto año. Su talento está puesto en la música, particularmente en tocar la guitarra junto a su banda y con sus amigos.
Luego de haber entrado a Ingeniería Civil y de descubrir que no era lo suyo, Martín ingresó a Comunicaciones por medio de una amiga, quien le hizo conocer la carrera, en el año 2012. Lo que más le llamó la atención al comienzo de la carrera fueron los medios, el discurso que emplean y el conocer los diferentes marcos teóricos sociales existentes. “Fue como un amor primera vista, porque no sabía que había inserto en la sociedad, conocer teorías que te decían cómo funcionaban muchas veces el consumo, los mismos comportamientos de la sociedad, los medios”, asegura Martín. Él considera a Comunicaciones como una ingeniería social que permite encontrar sus mecanismos, saber cómo funciona. Hoy en día comenta que puede ver mucho más allá, incluso la cuestión de trabajar con compañeros con otras aperturas de ideas le parece fructífero en experiencias.
En forma paralela a la carrera, Martín tiene una banda de rock que se formó a principios de 2013 llamada “Viejos rituales”. Hoy en día, no se encuentra muy activa ya que tienen más participación en épocas de vacaciones, debido a que los integrantes estudian y/o trabajan. La considera "más bien un hobbie, una forma de pasarla bien, una forma de dispersarse". Comenzó siendo guitarrista, terminó como bajista. Sobre su pasión comenta “Es una forma de crítica a la realidad, a la sociedad, que expreso ahí en la música, en cada letra”.
Viejos rituales, participó junto a otras bandas de metal y punk, en un festival a beneficio de un comedor, organizado en La Merced. También tuvieron la oportunidad de tocar en bares, pub´s como por ejemplo Fábrica de Música, cuando tocaron en el tributo a un guitarrista reconocido. A sus experiencias las considera como algo satisfactorio, porque “si querés tocar rock y tener una banda tenés que hacerla vos, y eso es muy reconfortante porque sabés que es algo tuyo, algo comunitario con tus amigos” comenta Martín. También menciona que si hay algo que lo inspira es “tocar hasta el final, hasta que los huesos no me den más, hasta que tu cuerpo te diga basta, hagamos otra cosa. Eso me encanta” dice haciendo alusión a una de sus inspiraciones como lo es Brian Johnson, vocalista de AC DC. En su familia, según cuenta, lo consideran como alguien diferente o “la oveja negra” porque es el único que hace música, pero aun así se siente muy a gusto y sabe que lo apoyan. La música es un motivo más para que la familia también se junte, se reúna y disfrute al escucharlo. Esto lo hace sentir más a gusto con lo que hace.
Martín tiene como metas en el ámbito musical seguir tocando, así como hasta ahora, como un hobbie. Y en el ámbito académico terminar la cursada e ir viendo el tema de tesis con todo lo que ello implica. Se plantea "dejar una huella, un aporte de investigación en la universidad como un verdadero profesional". Por ahora, quiere disfrutar del tiempo que le queda de cursado junto a sus compañeros.
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