La danza: una forma de ser feliz
Bárbara Pogonsa es estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Además de leer y hacer natación en primavera y verano, su pasión siempre ha estado en la danza.
Por Sebastián Firme
“Barby”, como la denominan sus amigos, comenzó la carrera de Comunicación en 2014. Si bien no fue su plan A, hoy se encuentra cursando el tercer año y se dio cuenta a través de los años que el campo es tan amplio que no tiene límites a la hora de aprender. Destaca que le gustan las semióticas porque le dan las herramientas necesarias para poder analizar la realidad.
Baila desde los 5 años y hoy con 20 tiene más afinidad, en este momento, por el tango y el mambo que son dos danzas que la complementan.
Durante 15 años probó diferentes tipos de bailes y ritmos. Hizo folklore en la academia Amanecer Criollo, luego en Reflejos de Salta y el año pasado lo practicó con la compañía de danzas El Resero. Árabe en Aixa, tango fue sólo con profesores no en estudios o grupos de baile. Jazz en el estudio de Iván Barrientos y también en el estudio de Patricia Arnoldi. Contemporáneo en el Grupo DC de Sandra Reartes y en la compañía de danzas El Resero al igual que clásico. Mambo en el grupo Asere q Bola, y ritmos latinos en el Ballet de Fuxión Latina.
Sus proyectos y sus propios deseos de aprender más y más la llevaron a desplegarse en varias competencias, tanto de folklore, como de tango, salsa, jazz y contemporáneo. Por ejemplo, durante el 2015 y 2014 participó de 10 a la fama, un concurso televisivo de baile en el que compitió primero en pareja y luego como solista. Allí adquirió mucha experiencia no sólo en baile sino también de cómo se maneja la producción y el laburo que hay detrás. Tuvo experiencias muy enriquecedoras en otros lugares como la competencia de la CIAD (tanto en jazz como en tango), Estudio 54 (salsa), también del Chúcaro, Salta la linda (competencia de folklore), y en el Danzamérica 2014 (con contemporáneo). Todas estas competencias la ayudaron a crecer como bailarina y como persona.
Entre distintos tipos de ritmos, música, sonidos, ensayos y vestuarios, Bárbara dice que al bailar se olvida completamente de los problemas, “bailar es un escape, un respiro pero también una práctica” afirma.
Para 2016 quire finalizar todas las materias de este año y viajar a un congreso de mambo en agosto que será en Buenos Aires. También aspira a presentarse en el pre-cosquín para así ir a concursar en el reconocido festival de Cosquín el año que viene.
“Para bailar no se necesita talento para hacerlo hace falta trabajo y mucha práctica más que nada. Pero nunca hay que olvidar que se baila para disfrutar y ser feliz y quizás de esa manera podremos sobrellevar los problemas de la vida”, concluyó.
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