El 23 de septiembre de 1947, se promulgó el sufragio femenino por primera vez en nuestro país.
Las mujeres argentinas lucharon por obtener sus derechos cívicos ya desde fines del siglo XIX. Las peleas más representativas fueron la de Alicia Moreau de Justo, quién creó el Comité Pro-Sufragio Femenino en 1907. Otra de las pioneras fue Julieta Lanteri que en 1911 se convirtió en la primera mujer de toda Sudamérica en ejercer el derecho al voto en las elecciones municipales de ese año.
Desde 1912 regía en nuestro país la Ley Sáenz Peña que establecía el voto universal, secreto y obligatorio para los ciudadanos argentinos varones, nativos o naturalizados, mayores de 18 años. Pero con excepción de las mujeres, consideradas incapaces por el Código Civil de 1871.
Un primer intento se realizó en 1928 cuando el socialista Mario Bravo llevó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley para facultar a las mujeres en el voto. Aunque por el golpe de 1930 quedó cajoneado. Dos años más tarde el socialista Alfredo Palacios logró que la ley tuviera media sanción en la Cámara Baja, pero gracias al pensamiento retrogrado del Congreso, otra vez el proyecto fue archivado hasta perder tratamiento parlamentario.
Desde el proyecto de Palacios se presentaron otras 22 iniciativas legislativas. Hasta que el 9 de septiembre de 1947 pudo sancionarse finalmente la ley 13.010 que establecía en su primer artículo: “Las mujeres argentinas tendrán los mismos derechos políticos y estarán sujetas a las mismas obligaciones que les acuerdan o imponen las leyes a los varones argentinos.”
El 23 de Septiembre se convirtió en una norma con estado constitucional, y Evita desde el balcón de la Casa Rosada habló ante una multitud anunciando y celebrando el voto femenino. No obstante el sufragio femenino se aplicó después de cuatro años en Noviembre de 1951. Más de 3.500.000 mujeres votaron por primera vez en la elección que reeligió a Juan Domingo Perón. Más adelante, en 1952, las primeras 23 diputadas y senadoras ocuparon sus bancas, representando al Partido Justicialista.
La igualdad de derechos, deberes y oportunidades entre las mujeres y los hombres sin discriminación alguna, es lo que pretendía esta ley para lograr ante todo justicia. Y concebirse como un derecho humano universal ante toda forma de discriminación contra la mujer. “La historia está escrita por los varones y la mujer siempre ha sido invisibilizada, aun cuando hubo una participación impresionante de ellas en acontecimientos del siglo XX” así lo expresa Fanny Edelman quien fue parte de la historia del voto femenino, del país y de todas las argentinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario