Entrevistas en Video

viernes, 2 de diciembre de 2016

“TODO ESFUERZO AL FINAL SIEMPRE TRAE RECOMPENSA”

Una caricia al alma de la precisión y liberación.

Valentina López Mariscal viene de la provincia vecina de Tucumán y tiene 25 años de edad. Practica y trabaja una disciplina compuesta por una secuencia de movimientos etéreos que parecen no tener fin y son volátiles en el tiempo. Pararse en puntitas de pie, es lo que hace que este efecto se logre . 

Por Sebastián Firme 

“Valen” como la llaman sus amigos es estudiante de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Siempre le interesó las ciencias humanas y esta carrera fue la oportunidad para abrirle la cabeza. “Es una carrera en la que necesitas estar al tanto de todo”, manifestó  Valentina. Hasta el momento rescata el aprender cosas nuevas, de cómo funcionan los medios realmente y la relación, desde otra perspectiva, con las personas para acceder a información nueva.
Entre las nueve materias del primer año, le gustó investigación periodística y fotografía. “Porque uno es libre de captar lo que le parece importante y de esta forma transmitir, lo mas fiel posible la información recabada”, fundamentó la estudiante. 
Si bien está cursando el primer año de la carrera, siempre se necesita un poco de dispersión, de hacer algo extra, de poner la cabeza en otro lado, es así como Valen forma parte del Ballet Clásico de la Provincia. 

Empezó a los 4 años de edad, pero de forma profesional, hace 10 años. Durante la entrevista afirma que al bailar se siente libre, “algo así como estar enamorado y flotar en el aire, suena cursi, pero es cierto”, agregó la bailarina. En realidad, cuenta que es muy difícil explicar con palabras la pasión que uno siente cuando está en el escenario. Hay un encuentro de emociones y sensaciones, el pecho lleno de orgullo y alegría. Hoy en día tiene la dicha de trabajar de eso, y lo practica de forma profesional en el ballet de la provincia.
Como toda bailarina ha participado y ganado varios premios y menciones. Por ejemplo el CIAD y en cuanto  a eventos públicos, su debut fue a los 5 años de forma amateur, y a los 15 de forma profesional. A modo de experiencia confiesa a BoletinCom que en sus inicios no era consciente de lo que significaba presentarse y competir. Para ella era una presentación más. Pero cuando recibió la medalla de oro, “ahí caí en la cuenta de lo que estaba sucediendo. Fue una experiencia increíble que me sirvió para seguir trabajando y poniéndole garra a la danza”.
Le pone tanto esfuerzo y dedicación que sobrellevar su primer cursado en la Universidad fue muy complicado, agobiante y agotador. Entre ensayos, trabajos prácticos y parciales, vivir sola, realizar y atender las tareas de su casa, la bailarina sentía que no tenia tiempo ni de respirar. Sin embargo se las ingenio para poder culminar el año. 
La danza clásica es su prioridad de vida, y la define como un cable a tierra, “y sin ella me deprimiría, supongo”. Le enseñó que la vida es muy corta, que hay que vivir, respirar  y sentir cada instante. Todo esfuerzo al final siempre trae recompensa”, reveló a Boletincom. 
La bailarina cuenta con el apoyo de su familia. Pues en su casa todos son artistas. No cuenta con experiencias todavía en los medios de comunicación, pero le gustaría trabajar en radio, o ser fotógrafa de algún medio gráfico.

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